Surfear bombas de tres metros en Fiji, sin invento ni parafina y casi sin despeinarse, y por la tarde estar en New York fresca como una lechuga sólo está al alcance de Gisele.
Desde luego que Gisele Bundchen y surf, es algo que en principio en Surfcamp Ribadesella nos suena muy bien. Podrían haber escogido mejor versión del tema del anuncio y cuidar algunos detalles, que sea pastel suponemos que es obligatorio, pero al menos en las tomas de surfing que no sale ella en primer plano se han esmerado. Hemos leído que están rodadas en Fiji. No olvidemos que ella, aunque no a ese nivel ni mucho menos pero algo surfea, fue novia del once veces campeón del mundo Kelly Slater, algo habrá aprendido…
Por otro lado si analizamos el anuncio más en profundidad, se puede ver la clásica situación de pareja que uno surfea y el otro no. Está claro que con esas condiciones de olas perfectas al amanecer, si el tío no está en el agua es porque no surfea. Pero en vez de esperar para hablar con ella, va le deja una nota y se va. Vamos a ver, cualquier pareja, amigo o familiar de surfer debería saber que con esas condiciones todo absolutamente todo puede esperar, hay que estar en el agua, pegarte una buena sesión y luego ya al lío de lo que haga falta, pero las olas buenas rompen cuando rompen y en ese momento son la prioridad, lo único.
En los últimos años hemos visto que la publicidad y el cine que siempre han tratado con bastante poco respeto el mundo del surf, se han esmerado un poco más, y aunque tomas como el primer plano de Gisele relajada y pensativa dentro de un tubo enorme sobre coral ( donde todos tendríamos cara de pánico) sea algo que se repite, al menos en las tomas alejadas ya se buscan buenos planos, buenas olas y buenas maniobras. El argumento, pues para un anuncio de Chanel es lo esperado. Tampoco muy criticable, porque eso de surfear al amanecer esa perfección de olas, que tu niña preciosa esté en casa pero que sea la niñera quien se ocupa de llevarla al cole, que luego te hagan una sesión de fotos y que acabes en un concierto en un teatro de New York es algo que casi todos firmaríamos. Pero bueno, de momento seguimos felices en nuestro surfcamp en Asturias, aunque esas olas y Gisele no sean algo habitual por Ribadesella.
