Tenía que ser él, quien cambió el surfing, quien lo ha evolucionado una y otra vez, quien lo ha dominado y quien es lo más parecido a dios que existe en este deporte, el que presentara la mejor ola artificial jamás creada. La mayoría ya la habréis visto en la multitud de vídeos que en poco tiempo han inundado la red, pero la piscina de olas de Slater no está exenta de polémicas, más ahora que se anuncia que la WSL ha comprado la mayor parte de las acciones del proyecto para empezar a construir piscinas. En el blog de nuestro Surfhouse Albergue de Ribadesella no queríamos dejar de comentarlo.
La primera polémica es como siempre la de los puristas del surf. Existe un Xanadú, y el esquí y el snowboard no han muerto. Existen rocódromos, y el espíritu de la escalada sigue vivo. Existen vídeo conferencias, y el tacto de una persona no ha dejado de ser importante. Pero por supuesto, en estas piscinas de olas, aquellos que están en posesión de la verdad del espíritu del surf, esos cruzados que desde su sofá y tertulias de muro llevan años luchando por evitar su profanación y porque no sea un deporte que todo el mundo pueda disfrutar, los anti escuelas, los anti competición, los anti, anti y anti, pues obviamente ven ésto como una nueva prostitución del deporte que les pertenece y que sólo ellos deberían practicar. Los demás son masificación, los demás no son espíritu del surf y las marcas que lo promocionan son tiburones sin escrúpulos que acaban con su deporte (eso si, neopreno calentito por cortesía de estas marcas). En definitiva, una vez más “surf is dead”… Menos mal que morirán todos ellos y los picos seguirán medio vacíos por aquí esos días por semana en otoño e invierno y con más de medio metro.
La otra polémica, y esta puede convertirse en un culebrón de los largos, es la posible demanda de la que se habla por parte de la gente de Wage Garden, pues aunque obviamente mejorada, parece ser que podría haber plagio de tecnología. De momento es cierto que aunque Wave Garden arrancó con mucho tirón y sorpresa de surfers, medios y público, no ha acabado de convencer, cosa que, al menos visualmente, ésta sí que lo hace.
¿Se paralizará la construcción de más piscinas de olas como esas mientras se resuelve lo que puede ser un costoso y largo juicio de patentes? Estaremos atentos a lo que vaya sucediendo y si nos toca la primitiva, ¡prometemos poner una en Ribadesella!
Porque aunque en nuestro Surfhouse Albergue de Ribadesella nos encanta el mar, surfear diferentes lugares del mundo, los baños duros y complicados de invierno en casa (esos en los que los del “surf is dead” no suelen estar), nos encanta el contacto con la naturaleza y el sentimiento de armonía y lucha con el mar. También nos encantaría una piscina de agua calentita para pasarlo pipa con los amigos en esos días que el mar no da opción alguna. Esperemos que los puristas nos lo permitan como sustitutivo, si no habría que destruir también las cintas de correr, las bicis en rodillo y la máquinas de remo, pues atentan contra la pureza de esos deportes.
Por parte del equipo de nuestro surfcamp en Asturias podemos decir que hace unos años probamos la piscina de olas que hay en Dubai (nada que ver con la tecnología que ahora existe) y fue una experiencia divertidísima y muy recomendable si no tienes opción de surfear en el mar.
